Casi 35 
						años viviendo fuera de mi país natal; idas y vueltas; 
						regresos temporarios.
						Aviones, barcos, trenes; recibimientos y despedidas.
						Olores presentes, parecidos y ausentes; otras luces, 
						otras voces.
						Pero también hoy, regreso a un país que ya no está, es 
						otro tiempo.
						Cuando permanezco mucho sin moverme, necesito partir a 
						donde estuve o a otro lugar que no conozco.
						La Intinerancia es mi modo de vida; 
						aunque también ahora 
						la intinerancia está dentro de mí.
						
						Las casas son temporales, vivimos en el andar.
						
						Sandra Petrovich, el Pinar, Uruguay, 2011